«Y si por el miedo a la calle ¿la culpa es de REFSA y no de Milei?» – Por Raúl Ayala

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En un contexto marcado por la revolución digital y la rápida circulación de información, la comunicación gubernamental enfrenta el desafío de adaptarse a los nuevos tiempos.

Sin embargo, en muchos casos, persisten modelos comunicacionales vetustos y poco efectivos, que distan de satisfacer las demandas de una sociedad cada vez más informada y exigente.
El reciente feroz ajuste liderado por Javier Milei ha desencadenado un aumento del enojo social, resaltando la importancia de una comunicación gubernamental ágil, eficaz y transparente.

Sin embargo, ante este panorama, nos encontramos con sistemas de comunicación lineales y propagandísticos que no responden a las necesidades del momento.

El aumento del 150% en promedio de las tarifas de energía eléctrica es solo un ejemplo de cómo la falta de claridad y transparencia en la comunicación puede alimentar la incertidumbre y la desconfianza en la población.

La información publicada por el diario Clarín sobre la factura de la empresa de energía de Formosa, REFSA, revela la necesidad de una comunicación gubernamental que aclare de manera transparente el destino de los fondos y los subsidios, evitando así la inserción de dudas en la población.

Además, la comunicación unidireccional y controlada, como la que se observa en los conversatorios del PJ, donde los funcionarios provinciales parecen temer el contacto directo con la ciudadanía, no contribuye a generar confianza ni a promover el diálogo abierto y constructivo.

Es fundamental reconocer que la comunicación constante y transparente por parte del gobierno hacia la población es esencial por varias razones.

En primer lugar, fortalece la legitimidad y la confianza en las instituciones gubernamentales, al tiempo que fomenta la participación ciudadana en la toma de decisiones.

Asimismo, la transparencia en la comunicación permite una rendición de cuentas efectiva, promoviendo la responsabilidad de los funcionarios y la evaluación ciudadana de las acciones del gobierno.

Además, una comunicación clara y continua facilita la implementación efectiva de políticas públicas y contribuye a la estabilidad social al reducir la incertidumbre y mitigar conflictos.
En resumen, la comunicación permanente y transparente es un pilar esencial para una gobernanza efectiva y una sociedad informada.

Es fundamental que los gobiernos reconozcan esta necesidad y adapten sus estrategias comunicacionales para responder de manera efectiva a las demandas y expectativas de la ciudadanía en la era digital.

 

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