¿Qué pasó en España con la DANA? Claves para entender el desastre climático

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Las inundaciones en el este de España ya son catalogadas como un desastre sin precedentes. Hay al menos 158 fallecidos, de los cuales 155 víctimas fueron confirmadas en la región de Valencia. Hay despliegue de equipos de rescate en busca de desaparecidos. Emergencia meteorológica activa, con riesgo de nuevas lluvias. Unos 250 millones de euros fueron destinados para la ayuda y reconstrucción.

 

 

Las inundaciones que afectaron el este de España han dejado un balance trágico de 158 muertes. En el último informe de los servicios de emergencia, 155 fallecidos provienen de la región de Valencia, mientras que dos personas perdieron la vida en Castilla-La Mancha y una más en Andalucía. Los equipos de emergencia continúan trabajando arduamente para recuperar y verificar cuerpos, dado el enorme impacto de este desastre natural.

 

Situación crítica en Paiporta

La localidad de Paiporta, al sur de Valencia y con aproximadamente 25.000 habitantes, enfrenta una crisis severa. La intensa lluvia del 29 de octubre creó ríos de agua y lodo, arrastrando vehículos y escombros. Según David Romero, un vecino de 27 años, “no queda ningún comercio en pie”, y la comunidad sufre escasez de agua potable y alimentos. “Necesitamos ayuda humanitaria con alimentos y agua, porque no hay agua en las casas”, añadió Romero, describiendo un panorama de caos y desolación.

 

Llamado a la precaución

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, instó a los ciudadanos a permanecer en sus hogares y evitar salidas innecesarias debido a las condiciones meteorológicas adversas. El rey Felipe VI también subrayó la importancia de la prudencia para proteger vidas y facilitar el trabajo de rescate. Las autoridades de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) han emitido alerta roja en Castellón, recomendando a la población que limite sus desplazamientos a lo estrictamente necesario.

 

Fondos de emergencia y medidas de apoyo

Para hacer frente a esta crisis, el gobierno asignará 250 millones de euros destinados a ayudar a los afectados y reconstruir infraestructuras dañadas. Además, se prevé que la región de Valencia reciba la declaración de zona catastrófica, lo que permitirá agilizar la llegada de recursos y fondos especiales.

 

Enfoque en la respuesta y recuperación

Durante una visita al centro de coordinación de emergencias en Valencia, Sánchez enfatizó el compromiso del gobierno de movilizar recursos “por tierra, mar y aire, con todos los medios posibles, el tiempo que haga falta” para localizar a los desaparecidos y asistir a las familias afectadas.

 

Los equipos de rescate siguen operando en las áreas más impactadas, enfrentándose a un escenario complicado por las lluvias continuas y la saturación del terreno. Esta situación, según expertos, se ve intensificada por el cambio climático, lo que plantea la necesidad de adaptar infraestructuras y desarrollar medidas preventivas ante futuros desastres naturales.

 

 

¿Qué es la DANA?

 

La DANA, o Depresión Aislada en Niveles Altos, es un fenómeno meteorológico caracterizado por la presencia de una masa de aire frío en niveles altos de la atmósfera, que se encuentra aislada de las corrientes de aire más cálido que la rodean. Este tipo de sistema puede generar inestabilidad atmosférica, provocando lluvias intensas, tormentas y, en algunos casos, inundaciones severas.

 

Características principales de la DANA:

  • Formación: Se origina cuando una corriente de aire frío se separa de la circulación general de la atmósfera, quedando atrapada en una posición específica.
  • Condiciones climáticas: La DANA puede generar condiciones de inestabilidad que favorecen la formación de nubes de gran desarrollo vertical, lo que lleva a tormentas intensas.
  • Impacto: Puede causar lluvias torrenciales, desbordamientos de ríos y otros fenómenos extremos, especialmente en áreas que ya se encuentran saturadas por lluvias previas.

Relevancia

Las DANA son especialmente significativas en el contexto del cambio climático, ya que se ha observado un aumento en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos en muchas regiones, lo que puede intensificar el riesgo de desastres naturales.

 

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