En tres años achicó su capacidad productiva por el bajo margen de ganancia y los altos costos que demanda la actividad
En sólo tres años, Calixto Fretes de la localidad de Siete Palmas pasó de
sembrar 37 hectáreas de bananas a sólo una parcela de cinco, a consecuencia
de la sequía que afectó el cultivo, el bajo margen de ganancia ante la falta de
precio para su comercialización y los altos costos que demanda la actividad
en la chacra, con insumos dolarizados y fletes caros para extender el mercado.
“Actualmente está faltando lluvia parea esta zona de la provincia. la baja
humedad está retrasando la temporada de varios cultivos, en especial la
banana, que ya viene afectada por el largo periodo de sequía”, indicó el
productor de Siete Palmas en diálogo con La Mañana en Vivo.
Sobre la realidad de su sector, dijo que “pocos agricultores sembraron
mandioca y que la producción de banana viene retrasada, teniendo en
cuenta que generalmente se arrancaba para los meses de marzo o abril”.
“El cajón de banana se estaba vendiendo de $ 1.400 a 1.700 pesos, un precio
que no alcanza para recuperar el costo productivo ni empatar a la inversión.
No hace falta ser un genio para ver que en estos últimos tres años
desaparecieron las familias bananeras en la zona. En mi caso, de sembrar 37
hectáreas, pasé a 20 y luego bajé a cinco. Ya producimos más por
nostalgia que para aprovechar este cultivo y vivir de la actividad”, refirió.
En este escenario, Fretes afirmó que “la mandioca fue el cultivo que dejó algo
de plata este año”, caso contrario a la banana que salió de la chacra con una
baja calidad hacia el mercado local por “los efectos de la sequía y la falta de
cuidado ante el encarecimiento de los insumos”.
“La tendencia es desaparecer. No hay ganancia en la actividad. No te
queda margen para volver a invertir, ni siquiera alcanzas a recuperar lo
gastado. Los insumos para las plantas están muy caros, el mercado sólo se
limita a Formosa porque no se pueden sacar grandes cantidades de cajones
hacia Mendoza, por ejemplo”, añadió.
