Desde CoFA advirtieron que la situación es similar a la de Chile, y alertaron de que «si no se toma alguna medida de cambio», se destruirá la industria nacional y la accesibilidad de la red, debido a la concentración de los grandes grupos económicos en detrimento de las farmacias independientes y pequeñas.
Ricardo Pesenti, presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina, habló sobre los índices de aumento por parte de los laboratorios, de la situación en las farmacias y de la disminución de la compra de medicamentos en usuarios. Ante este panorama oscuro, alertó que podría suceder como en Chile, «que terminó con una feroz concentración y una colusión de precios de tres o cuatro cadenas de farmacia, que destruyeron la industria nacional y la accesibilidad de la red, porque si estos grandes grupos económicos manejan también la distribución, las farmacias independientes no tienen esa posibilidad y le resulta más cara». Y aseguró que esto ocurrirá en Argentina si «no se toma alguna medida de cambio».
«Las farmacias no somos formadoras de precios, nosotros fijamos los precios que los laboratorios informan», aclaró Pesenti al aire en «Ahora dicen», programa de Futurock. «En noviembre y diciembre recibimos mucho aumento, en alrededor un 80%. Y si tomamos los últimos 4 meses, obviamente suma más del 100%. Ahora en enero frenaron un poco, con el 12% de aumento y en febrero solo el 10%».
«Obviamente supera al índice del IPC», y aclaró que para los farmaceúticos las razones son multifactoriales: las principales serían la desregulación del DNU 70, que «toma a los medicamentos como una mercancía cualquiera y no como un bien social (que debería ser), como una extensión del servicio de salud» y la «imposibilidad de las farmacias a atender a las obras sociales, porque en muchos casos están muy atrasados con los pagos».
«Son productos de primera necesidad», recriminó, y expuso: «Cuando pasa esto, en el mundo generalmente los laboratorios buscan el precio mayor y se tiende a una concentración del mercado, que conlleva a que los precios nunca terminen de bajar; al contrario, termina subiendo más todavía», indicó. Y enfatizó en que eso ocurrió en todos los países en los que se planteó una desregulación incluso menor que el que se está llevando adelante en el país.
Pesenti sostuvo que la Confederación está pidiendo que la parte del DNU que incumbe al sector farmacéutico no se aplique, se elimine o se derogue. «Que sea una actividad regulada, como lo fue siempre», y expresó con preocupación que «no se puede dejar liberado el mercado» y comparó a las farmacias con los colectivos:
«La gente no lo consume (medicamentos) por placer, sino porque lo necesita. No se puede poner cualquier precio, se puede arreglar una estructura de costos. Vos podés tener el mejor medicamento, pero si la gente no accede no tiene ningún sentido. (…) La gente no puede consumir menos, no es como un dentrífico que puede usar un poquito menos y te puede durar el doble».
«Se busca que haya un sector productivo que exporta y que debe ganar dinero, pero con un precio no desregulado totalmente«, señaló.
En cuanto a las unidades que se venden actualmente, Pesenti señaló que el año pasado cerró con un 5% de baja de unidades, lo que equivale a 36 millones menos de productos consumidos. «Ya estamos viendo una baja del 8 o 10% también (…). La gente está eligiendo qué medicamento comprar. Dicen ‘me llevo el del corazón pero el del colesterol no'».
Por otra parte, advirtió que la suba de precios habilitó a algunas provincias que los medicamentos de venta libre se vendan por fuera de la farmacia, y «empiezan a aparecer medicamentos falsificados«.
Concluyó con un dato alarmante: «No tengo recuerdos de una caída de venta de medicamentos como esta, ni siquiera en 2001«.