En economía se utiliza mucho la frase «transferencia de recursos», pero no se explica. Esto se da cuando los precios suben excesivamente más de lo que cuesta producir productos, y ese excedente que paga el consumidor va a manos de grupos concentrados de la economía, como es el caso de Argentina en alimentos y en otros sectores.
En tanto, en los últimos días expertos y políticos expresaron preocupación ante el programa de ajuste ortodoxo implementado por Javier Mielei, en medio de señalamientos del periodista Ismael Bermúdez, quien advierte que se está favoreciendo la inflación para licuar salarios.
Bermúdez argumenta que el Gobierno erra en el diagnóstico, calificando el plan como inflacionario y no antiinflacionario. Advierte sobre un aumento de la pobreza y una caída histórica en los ingresos de jubilados. Propone un ajuste en los haberes equivalente a la inflación del mes anterior.
Con una inflación del 25.5% en diciembre y estimando cifras similares para enero y febrero, se proyecta un aumento acumulado del 80%. Este escenario, según Bermúdez, llevaría a un crecimiento brutal de la pobreza, alcanzando niveles del 50-55% en el primer trimestre.
El economista critica la falta de credibilidad en la capacidad del Gobierno para reducir la inflación, recordando anteriores promesas incumplidas por líderes políticos. También, destaca el perjuicio sufrido por la mayoría de la población frente a sectores financieros y exportadores.
A la crítica se suma el diputado Sergio Omar Palazzo, quien acusa al Gobierno de impulsar una «reforma laboral regresiva» y cuestiona la hoja de ruta económica, refiriéndose al «plan económico macabro de la dolarización». Palazzo también denuncia la «criminalización y estigmatización de la protesta social», acusando al Gobierno de poner a Argentina en venta.
Ante este panorama, la sociedad enfrenta incertidumbre y preocupación por el impacto potencial en la calidad de vida y la estabilidad económica del país.