El candidato presidencial adelantó nuevas propuestas en el camino de la recuperación de ingresos: el envío de un proyecto para convertir también en ley la devolución del IVA y medidas para trabajadores informales.
Sergio Massa se sentó en el palco que ocupaban los secretarios generales de la CGT cuando arrancaba el discurso de cierre del jefe del bloque de diputados de Unión por la Patria, Germán Martínez, generando la inmediata reacción de la bancada oficialista que se levantó a aplaudir y la de Juntos por el Cambio que gritaba cosas.
El ministro de Economía y candidato presidencial se anotó un punto importante con la media sanción en la Cámara baja de la eliminación del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría de trabajadores. «Me permite mostrar la agenda que quiero llevar adelante, que es la de recuperación de los ingresos», subrayó. Adelantó que está en elaboración el proyecto para convertir en ley también la devolución del IVA a los trabajadores de ingresos medios y bajos y confirmó que analizan medidas para trabajadores informales.
La presentación de la iniciativa -que salió por decreto pero acompañada de un proyecto de ley para que los trabajadores queden exentos definitivamente a partir del año que viene- le permitió a Massa tomar una nueva centralidad y liderar la agenda en la campaña. El proyecto dividió a la oposición y en el recinto tuvo el respaldo de Javier Milei y el bloque libertario, del FIT, de los partidos provinciales y parte del interbloque federal. En tanto, la bancada de Juntos por el Cambio -que hace de la rebaja de impuestos un dogma y con varios integrantes que se apresuraron a ironizar sobre un proyecto que creyeron que nunca llegaría- quedó descolocada y con fisuras internas acerca de qué posición debían tomar. Incluso hubo cuatro diputados radicales que aportaron al quórum.
«Tuvieron a su máximo líder en 2015 diciendo que el impuesto no se iba a pagar y lo terminó pagando más gente. Hoy podrían haber enmendado ese error», profundizó el candidato en una entrevista nocturna a C5N desde su antiguo despacho en la presidencia de la Cámara de Diputados que hoy ocupa Cecilia Moreau. Durante todo el día, el slogan «El salario no es ganancia» acompañó las comunicaciones del oficialismo. Massa pudo decir que, en su caso, no se trataba de una propuesta para la campaña -como se cansaron de repetir los diputados opositores durante la sesión- sino que hacía más de diez años que venía planteando que no corresponde aplicar el impuesto a la remuneración que percibe el trabajador. Por cierto, el impuesto a las Ganancias siempre fue una preocupación central en la agenda de Massa, que se interpretó como un referente político de los sectores medios.
En este caso, la propuesta no sólo le sirvió para descolocar a la oposición sino para entusiasmar al oficialismo luego de la sorpresa de las PASO, al fin con una buenas noticias para difundir entre los propios. En especial a los dirigentes cegetistas de los sindicatos más importantes, algunos de los cuales llevan muchos años peleando por la eliminación del tributo como Camioneros y Bancarios. Luego de la votación, Massa se abrazó en el palco con Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano -los tres secretarios generales de la CGT- y afuera hubo celebración entre los militantes de los gremios que se movilizaron hasta el Congreso para acompañar la sesión.
Por eso, el objetivo de Massa es no abandonar la línea y profundizar con nuevas medidas en los próximos días. El ministro llegó al Congreso alrededor de las 17 y se mostró reunido con Cecilia Moreau, el titular de AFIP, Carlos Castagneto, y el de Aduanas, Guillermo Michel, discutiendo la elaboración del proyecto para convertir en ley la devolución del IVA a productos de la canasta básica a monotributistas, jubilados y trabajadores con salarios menores a 700 mil pesos. Al igual que en el caso de Ganancias, la propuesta arrancó este lunes por decreto por un plazo de 90 días, pero la idea es convertirla en ley para que se convierta en algo definitivo.
«Tomamos la decisión de cambiar de raíz el impuesto más regresivo que existe en la Argentina, que es el IVA. No puede ser que un beneficiario de un programa social, una jubilada o un laburante temporario o una empleada de casas particulares, pague el mismo impuesto que el que paga el dueño de un banco, es injusto», avisó Massa el fin de semana. Mientras que la eliminación de Ganancias beneficia a trabajadores y jubilados de ingresos medios y altos, la devolución del IVA impacta en los bolsillos de quienes perciben ingresos medios y bajos. En el caso del impuesto a las Ganancias, dejarán de pagarlo 800 mil asalariados mientras que el reintegro del IVA aliviará la canasta básica para 22 millones de argentinos.
Todavía estarían quedando fuera de las medidas de recomposición los trabajadores informales. Le consultaron a Massa si está evaluando otorgar una suma para ellos, al estilo de lo que fue el IFE durante la época de la pandemia. El ministro lo confirmó. «Estamos terminando de trabajar con la titular de Anses, Fernanda Raverta, y con el equipo económico en una propuesta. Lo que se llama trabajadores informales o changarines, unos tres millones de argentinos, que están dentro de la fuerza productiva argentina pero fuera del sistema económico formal, a los que de alguna manera tenemos que ayudar también a enfrentar la situación que representó la devaluación que el FMI impuso a la Argentina», anticipó sobre una medida que, imaginó, estará lista en los próximos días. Massa tiene hasta el próximo martes 26 como fecha límite para hacer anuncios.
Frente a la radicalización de las propuestas de los candidatos de la ultraderecha, Massa tomó una agenda de recomposición de los ingresos y de mejoras para los trabajadores. En una potente intervención, el diputado y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, criticó los discursos de los representantes de la oposición que buscaban colocar la eliminación de Ganancias como un enfrentamiento de trabajadores contra trabajadores y que había que apuntar a «meter la mano en los bolsillos de los poderosos», enumerando las ganancias extraordinarias de grupos como Techint, Arcor, Molinos y Aeropuertos 2000. Anticipó una agenda en la que hay que se debía discutir la reducción de la jornada laboral, las licencias parentales y los derechos de los trabajadores de plataformas. «La clase trabajadora es una sola», definió.