«Aquí estamos hoy, con una organización impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales», sostuvo el mandatario argentino al cuestionar el rol de la ONU ante conflictos como el de Ucrania.
En su intervención en el 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el presidente Javier Milei no dudó en arremeter con fuerza contra la organización internacional, a la que acusó de promover una «agenda socialista» y enfatizó que nuestro país dejará la «neutralidad histórica».
Para Milei, Naciones Unidas ha dejado de velar por los principios fundacionales y ha mutado en «un leviatán de múltiples tentáculos» que busca imponer cómo deben vivir los ciudadanos del mundo. En este sentido, el presidente argentino criticó abiertamente el Pacto del Futuro, firmado recientemente, y anunció que su país «va a abandonar la posición de neutralidad histórica» y se posicionará «en la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad». Con esto, el mandatario marcó un claro distanciamiento de la política exterior que ha caracterizado a Argentina en las últimas décadas.
El discurso de Milei no se limitó a una mera crítica a la ONU. También apuntó contra las «dictaduras sangrientas» de Cuba y Venezuela, a las que denunció por formar parte del Consejo de Derechos Humanos. «En una casa que dice defender los Derechos Humanos, se ha permitido el ingreso al Consejo a dictaduras sangrientas sin el más mínimo reproche», afirmó. Además, se refirió a países que castigan a las mujeres por «mostrar la piel» en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, dejando en evidencia las contradicciones de la ONU.
Milei tampoco dudó en calificar las cuarentenas globales impuestas por la pandemia de COVID-19 como un «delito de lesa humanidad» y lanzó duras críticas hacia la respuesta de la organización frente a la invasión rusa de Ucrania. «Aquí estamos hoy, con una organización impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales», concluyó, en un discurso cargado de denuncias y marcado por un fuerte rechazo a la ONU y sus políticas.