El nivel de detalles con el que reconstruyó lo sucedido es escalofriante. «Me empiezan a morder los tres. Yo me agarraba del tronco y me bajan los pantalones, entonces pierdo el equilibrio y caigo», continuó.
«El que me estaba agarrando de la pantorrilla suelta y me agarra el brazo de derecho. Yo ya desnudo y tirado en el piso, mientras los otros me mordían las piernas, los pies y el otro brazo izquierdo. El grandote, que me agarró el brazo derecho, me lo comió y vi cómo se lo tragaba«, resaltó.
Los miembros del tribunal consideraron que la raza fila brasileño es «potencialmente peligrosa», además señalaron que la vivienda no contaba con la infraestructura suficientemente resistentes para impedir que las mascotas se escapen.
Según el fallo, esta no sería la primera vez que los animales atacan a quien se cruza en su camino. Durante el debate hubo testimonios de vecinos que aseguraron que los perros habían protagonizado otros hechos similares.