Karina quiere la cabeza de Eduardo Serenellini, tercer secretario de Medios de esta gestión. Considera que ejecutó más de $200 millones en pauta a Majul y LN+. Dos problemas: emisor y receptor son amigos del Presidente, y hay un pedido de informes de legisladores de LLA. ¿Desacato, orden encubierta o chivo expiatorio?
Los monjes negros, chivos expiatorios e internas cruzadas y hasta desorganizadas están a la orden del día en La Libertad Avanza. Y es un problema, porque el silencio es caro y corto espacio temporalmente. A los casos de Guillermo Ferraro y Osvaldo Giordano, expulsados por razones que responden más a otros que a ellos mismos, esta semana se sumó la eyección de Omar Yasín de la Secretaría de Trabajo, sacrificado para proteger a Armando Guibert, a cargo de la Reforma de Estado y cercano a Nicolás Posse, el verdadero responsable del salariazo a Javier Milei y el gabinete entero que le valió el cargo al ahora ex funcionario vinculado a Jorge Triaca a manos del poderoso jefe de Gabinete.
Ahora parece avecinarse una nueva contienda con eventual final de similar virtud, pero con el atractivo de que además de involucrar a Milei tiene en su lista de participantes a su hermana Karina y al periodista amigo presidencial que más veces lo entrevistó, o sea Luis Miguel Majul.
La semana pasada, Jorge Rial denunció en C5N que el Gobierno de Milei le había dado una suma de $224.475.900 en pauta a varios periodistas y medios, pero con una descripción de características que hacían pensar en Majul, su productora y La Nación + como los depositarios del favor prohibido por la administración libertaria.
El periodista sugirió que el pautazo salió de un despacho cercano al del Presidente, con pistas que ponían tal decisión en manos de Nicolás Posse. «Fue una devolución. Se pagaron favores con plata del Estado», explicó Rial, antes de señalar que «no son favores personales al Presidente actual, sí es una devolución de favores del que firmó, un negocito personal», del que Milei no estaría al tanto.
Sin embargo, este fin de semana trascendió información que podría aportar más o diferentes responsabilidades. Es que un artículo en Cenital firmado por Pablo Ibañez señala que la omnipotente Karina Milei quiere sumar otra cabeza a su colección es la del secretario de Medios, Eduardo Serenellini, tercer ocupante de ese cargo en los cuatro meses de gestión libertaria.
¿Por qué? Porque culpa al sucesor de Eduardo Roust y Belén Stettler de haber desoído la prohibición presidencial de frenar la pauta y ser el ejecutor de pagos por los $200 millones en pauta a Majul, La Nación S.A y La Cornisa que denunció Rial y que tiene en su nómina la Secretaría General.
El asunto y la posible eyección de Serenellini tiene varios problemas. El primero, es que podría llegar hasta el Congreso porque legisladores de LLA, según surgió de la misma versión y Política Argentina pudo corroborar a través de un integrante de dicho bloque, tiene escrito un pedido de informes para precisar qué empresas recibieron el pautazo, cuánto dinero y quién lo firmó. ¿El pedido de informes lo mandó a hacer Karina para tener documentación para ejecutar el despido?
El segundo problema, e incógnita, es que tanto el emisor de la plata, Serenellini, como el principal receptor, Majul, son amigos de Milei. Entonces su hermana Karina quiere echar al amigo de Javier, Serenellini, por darle plata prohibida a su otro amigo, Luis Miguel. Es un culebrón que arroja preguntas. ¿Es el periodista que más entrevistó al mandatario un «ensobrado», frase que creó el propio «León» para denostar a los frontman de medios que lo critican?
Pero los interrogantes son más y peores para los libertarios: ¿Milei ordenó devolver favores a Majul sin contarle sobre la maniobra a su hermana Karina, que ahora debe limpiar pruebas? ¿Son favores mediáticos y políticos para el Presidente pero ordenados sin su autorización bajo la comanda de su brazo ejecutor, Posse, que luego se autoprotege entregando chivos expiatorios?