La comunidad internacional alertó sobre la «catástrofe humanitaria» que supondría un asalto a Rafah, el único lugar de Gaza que todavía no fue invadido. Benjamin Netanyahu ratificó que el ejército israelí ingresará para combatir con Hamas.
Bombardeos israelíes mataron a 25 palestinos en Rafah, luego de que Israel desoyera advertencias de Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea (UE) y ratificara planes de atacar por tierra esta ciudad del extremo sur de la Franja de Gaza desbordada por un millón de desplazados tras cuatro meses de hostilidades con el grupo islamista Hamas.
Hamas advirtió que una operación militar terrestre en Rafah, que se ubica en la frontera con Egipto y es puerta de entrada de la ayuda humanitaria a la región costera, podría poner fin a negociaciones internacionales en curso que buscan un alto el fuego en Gaza a cambio de la liberación de los rehenes que el grupo islamista mantiene en la región.
Israel lanzó su ofensiva luego de que milicianos de Hamas infiltrados en su territorio desde Gaza mataran a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 240, incluyendo una veintena de argentinos, en un ataque sin precedentes que según el grupo fue una represalia por décadas de ocupación militar israelí de Palestina.
Más de 28.000 palestinos murieron desde entonces en bombardeos israelíes en Gaza, y el 85% de los 2,3 millones de habitantes del enclave tuvieron que abandonar sus casas. La mayoría de ellos, más de un millón de hombres, mujeres y niños, halló un último refugio en Rafah en instalaciones de la ONU y dice no tener ya adónde ir.
La comunidad internacional alertó sobre la «catástrofe humanitaria» que supondría un asalto a esta ciudad, la única de Gaza que aún no ha sido invadida por el Ejército israelí, y hasta Estados Unidos manifestó su oposición pese a ser el principal aliado de Israel y a haber dado apoyo diplomático y militar en general a la ofensiva contra Hamas.
«El pueblo de Gaza no puede desaparecer en el aire», afirmó, por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.
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Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien recientemente fue apoyado por el presidente Javier Milei, rechazó estos temores y advertencias y ratificó los planes de lanzar una ofensiva terrestre en Rafah que cree fundamental para aplastar a Hamas y liberar a los rehenes en su poder, aunque dijo que el Ejército de Israel dará «paso seguro para la población civil» palestina.
«La victoria está al alcance. Vamos a hacerlo. Vamos a acabar con los batallones terroristas de Hamas que quedan y con Rafah, que es el último bastión», afirmó Netanyahu en un extracto de una entrevista difundido anoche por la cadena de noticias estadounidense ABC.
«Vamos a hacerlo mientras damos paso seguro a la población civil, así pueden irse. Estamos trabajando en un plan detallado para hacerlo. Los que dicen que bajo ninguna circunstancia debemos entrar en Rafah básicamente están diciendo que perdamos la guerra, que dejemos a Hamas allí», dijo.
Hamas, que ya había advertido de la posibilidad de «decenas de miles» de víctimas en Rafah, alertó que una incursión terrestre de Israel en Rafah hará saltar por los aires negociaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar para conseguir un alto el fuego en Gaza a cambio de la liberación de los rehenes.
«Cualquier ataque sobre Rafah desembocará en la explosión de las negociaciones para un intercambio» de los rehenes por palestinos presos en Israel, declaró un alto responsable del grupo islamista bajo condición de anonimato al canal Al Aqsa del grupo.
El dirigente de Hamas acusó a Netanyahu de querer «ahorrarse el precio de este intercambio» a través de la continuación en Rafah «del exterminio en masa y la catástrofe humanitaria».
El responsable de política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borell, se unió a otras voces internacionales al afirmar que una ofensiva allí «provocaría una catástrofe humanitaria indescriptible».
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Estados Unidos, principal respaldo israelí, ha dicho que no respalda una ofensiva terrestre en Rafah y advirtió que de no estar planeada apropiadamente, una operación como esa corre el riesgo de ser un «desastre».
El presidente estadounidense, Joe Biden, lanzó el jueves sus críticas más duras a Israel, al calificar de «exagerada» la represalia israelí por el ataque de Hamas del 7 de octubre.
La embajadora de EEUU ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo a la radio pública estadounidense NPR que un ataque terrestre en Rafah «no puede seguir adelante y solo terminaría por agravar dramáticamente la emergencia humanitaria que estamos intentando aliviar».
En Rafah, en tanto, al menos 25 civiles palestinos murieron cuando un bombardeo de artillería israelí alcanzó una vivienda donde se refugiaban desplazados.
La agencia de noticias palestina Wafa, citando fuentes médicas, dijo que decenas de palestinos resultaron heridos en el ataque de la madrugada del domingo en Rafah.
El Ministerio de Salud del Gobierno de Hamas en Gaza dijo que ataques israelíes mataron al menos a otros 112 palestinos en las últimas 24 horas.
El ministerio elevó a al menos 28.176 la cifra de palestinos muertos desde el inicio de la ofensiva israelí, en su mayoría, adolescentes, mujeres y niños, y a 67.784 la de heridos.
Netanyahu ordenó la operación terrestre en Rafah la semana pasada luego de rechazar una contrapropuesta de Hamas a un plan de tregua a cambio de liberación de rehenes que había sido presentado por Estados Unidos, Egipto y Qatar.
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Gran parte de Gaza ha quedado en ruinas como consecuencia de la ofensiva israelí, que comenzó por el norte del territorio y fue avanzando hacia el centro y el sur. El Ejército israelí sumó una invasión terrestre del territorio luego de tres semanas de ataques aéreos.
Aviones de combate israelíes lanzaron hoy una serie de ataques en varias zonas de la ciudad de Khan Yunis, que es la más grande del sur de Gaza y está situada unos pocos kilómetros al norte de Rafah, informó también Wafa.
Fuentes locales recogidas por la misma agencia de noticias dijeron que varias personas, incluidos una mujer y un niño, murieron como consecuencia de un bombardeo a una casa familiar en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza.
«No sé dónde iremos» si hay una ofensiva, dijo la palestina Farah Muhammad, que ya huyó de la norteña Ciudad de Gaza, a la agencia de noticias AFP.
«No hay otro lugar para escaparse. No tengo dinero para ir al centro, las carreteras son peligrosas y la muerte está por todas partes», afirmó Muhammad, de 39 años y madre de cinco hijos, que perdió el contacto con su marido desde hace un mes.
Arabia Saudita pidió el sábado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el presidente iraní, Ebrahim Raisi, pidió excluir a Israel de la ONU, alegando que la ofensiva israelí en Gaza era un «crimen contra la humanidad».
El brazo armado de Hamas, las Brigadas Ezzedin al Qasam, dijo que dos rehenes habían muerto y otros ocho resultaron gravemente heridos en los bombardeos de estos últimos cuatro días.