Carolina Osuna, kinesióloga de nuestro medio habló de distintos aspectos de esa profesión al recordarse hoy el Día del Kinesiólogo.
“No hay nada más satisfactorio que el paciente llegue a la segunda sesión y te diga ´me aliviaste el dolor´, ya no me duele como antes, pude dormir, pude hacer otra vez mis actividades” comenzó diciendo.
“La tecnología acompaña, pero siempre nuestras manos están ahí, tocando al paciente, ayudándolo en la zona que estamos trabajando para que sea un movimiento armonioso, acompañándolo en todo momento”, explicó Carolina.
“La tecnología siempre está, pero nuestro trabajo es con el cuerpo, tanto del paciente como con el nuestro”.
Consultada sobre en qué sector es más difícil la actividad, dijo que “es mucho más complicada la actividad en el sector privado que en el público porque los ingresos dependen de nuestro trabajo”.
Con respecto a la situación por la aparición del coronavirus, la profesional dijo que “son los riesgos que corremos, pero no nos queda otra, tratamos de mantener el cuidado tanto nuestro como del paciente porque sabemos que somos personas que podemos contagiar, y a muchos, entonces nuestro cuidado es fundamental”.
La kinesióloga trabaja con obras sociales “aunque la situación está complicada porque los aranceles son bajos y los plazos de pagos muy largos, tardamos como mínimos tres meses en cobrar un trabajo que realizamos hoy y hay obras sociales que a veces tardan un poco más y el paciente a veces no entiende cuando alguna es suspendida por las entidades con la que trabajamos por falta de pago y se enojan siempre con nosotros”.
Carolina Osuna señaló que las patologías más comunes que le toca ver en su quehacer cotidiano tiene que ver con “la cervical y la lumbalgia” y detalló que hace cuatro años “terminé justamente una especialización en cervicalgia y el años pasado con el tema de la pandemia se vio muchísimo porque una de las causas es el estrés”.