Mónica es una mamá de 29 años que con vino con sus hijos hace un año y medio desde Buenos Aires, con la esperanza de encontrar una mejor calidad de vida en Formosa, sin imaginar el calvario que le iba a tocar vivir.
La mujer cuenta: “vine con mi marido, el papá de mi bebé, con la esperanza de mejorar nuestra situación. Cuando nació mi bebé me separé por violencia de género y de ahí que vengo pasando de alquiler en alquiler”
“Mi situación es caótica, tengo dos chicos bajo techo, el sueldo no me alcanza por eso tuve que dejar que el papá de mi hijo llegue otra vez para que por lo menos me ayude con los pañales”.
Pero las cosas no salieron con Mónica lo planificó y el hombre comenzó a amenazarla, al punto que realizó varias denuncias “que la policía nunca tomó en cuenta, y el otro día vino y me amenazó, advirtiéndome que podría pasarle algo a mis hijos en la calle”.
Según el relato de la mujer, “la familia de él sabe lo que pasa y lo peor de todo es que lo defiende y lo deja como víctima y no es así”. Además reveló que su ex pareja “tiene problemas con el alcohol y no tiene trabajo fijo”.
Mónica solo cuenta con la AUH como ingreso fijo, y ayuda esa suma con trabajos que realizan a vecinos y conocidos, pero teme perder el beneficio social porque no consigue el pase escolar de sus hijos desde Buenos Aires.
La generosidad de los vecinos le permitió a Mónica y sus hijos, que viven en un alquiler en el barrio El Porvenir, tener ínfimas “comodidades”, como un pequeño televisor, un colchón, una cama cucheta, una cocina desvencijada, todo en calidad de “préstamo”.
