Toni Benítez es un vecino del barrio San Pedro que desde hace veinte años “la viene peleando” con sus productos de panificados artesanales (pan con queso, chipa, pastafrola, pastelitos), que le permitieron formar su hogar, dar de comer a su familia y educar a sus hijos.
“Hace más de veinte años que ando en la calle, donde vendía gritando mis productos, primero caminando, después en bicicleta y luego con mis hijos”.
Hace quince años, “cuando esto era todo camino de tierra”, se instaló en el barrio San Pedro y puso su pequeño local, “vendía por la ventana y también lo seguía haciendo en la calle, después por distintas circunstancias comencé a vender acá, y así de a poco comencé a hacerme de clientela, porque les gustó mi producto”, rememora Toni.
“Gracias pude progresar, he podido trabajar, agrandar mi casa, educar y darles oportunidades a mis hijos, que me han visto trabajar, esforzarme, planificar y creo que eso es más importante que el dinero que pueda conseguir con lo que venda”, afirma Toni Benítez.
“Mi mayor satisfacción será ver que el día de mañana mis hijos son personas de bien y entiendan que lo que se consigue con sacrificio se valora mucho más, con eso sabré que hice bien mi trabajo”, deja Toni como enseñanza.
