El diputado nacional y escritor, Carlos Del Frade, publicó recientemente su libro “Caso Vicentín. Desaparecedores y fugadores”, en el cual analiza la situación que llevó a la empresa a su actual estado de “cuasi quiebra” después de haber sido una de las principales agroexportadoras de la Argentina.
En diálogo con Ricardo Meza, en el programa “La Mira Central”, Del Frade sostuvo que “en el año 2018 Vicentín era la principal agroexportadora del país, con exportaciones por alrededor de cuatro mil millones de dólares y hoy, tres años después, debe 1350 millones de dólares.
Agregó que “en ese contraste aparece, en diciembre de 2019, la cesación de pagos, y la gran pregunta es cómo con semejante volumen de exportaciones, con ganancias realmente muy considerables, termina debiendo 1350 millones a casi 1700 productores, bancos nacionales e internacionales”.
Detalló el escritor que “lo que hicimos fue buscar en las causas penales que se están llevando adelante en el tema Vicentín, y es el argumento del libro que presentamos el sábado pasado, en donde nosotros decimos que la empresa comenzó a planificar desde el 2016, con un grupo de dieciseis empresas, un vaciamento y empieza a trasladar bienes, acciones, dinero desde Reconquista a Avellaneda y termina llevando todo a Uruguay, a una empresa que se llamó Vicentín Family Group”.
Afirmó que “de hecho hoy lo que está es esa cáscara vacía que es Vicentín Saic, que está en Reconquista y no aparecen las otras quince, y es algo muy duro de pensar sobre por qué se actuó de esa manera”.
Pero lo más grave, según Del Frade es la maniobra realizada “entre agosto de 2019 y enero de 2020, cuando Vicentín fuga 791 millones de dólares del Banco Nación, es decir dinero del pueblo argentino, a través de 1418 transferencias bancarias que se hicieron con ocho directivos de Vicentín y la complicidad de 19 funcionarios del Banco Nación y del Banco Central de la República Argentina de aquellos momentos”.
Del Frade lamentó que se haya caído la decisión del gobierno de Alberto Fernández de intervenir la empresa, por el argumento de las movilizaciones de aquel entonces, “cuando no se sabía lo de esta fuga de divisas” por lo que consideró que “hoy no habría una movida de esa naturaleza” por lo que consideró que “imprescindiblemente el gobierno deberá volver a actuar, porque si esto va a la quiebra, como creo que ocurrirá, quedan en la calle siete mil trabajadores en forma directa y treinta mil en forma indirecta, así que la catástrofe social será enorme”.