Claudia, propietaria de un negocio en la Terminal de Omnibus, admitió que “estamos resistiendo”, y aclaró que “somos entre diez y catorce locales” los que continúan trabajando pese a la casi nula actividad que se registra.
“Lo que mantuvo más o menos viva a la Terminal fue la parte de paquetería, o sea todo lo que es encomienda y cuando se abrió la oficina de Refsa, lo que hizo que la gente empezara a venir más para este lado”, dijo la comerciante.
Claudia señaló que “las empresas están vendiendo pasajes desde Resistencia hacia el resto del país, para lo cual hacen la conexión entre una Trafic que lleva a los pasajeros hasta Mansilla con otra que desde allí los lleva a la Terminal de Resistencia”.
Sobre la situación de los locales que siguen funcionando, dejó en claro que “no estamos ganando lo mismo que antes porque no vendemos lo mismo que antes” y explicó que “el año pasado nos juntamos varios locatarios y presentamos una nota a la Administración para que tenga en cuenta la situación de la Terminal cerrada y que nosotros tenemos que seguir afrontando todos los impuestos y los gastos, entonces ellos decidieron desde el año pasado y hasta que se abra la Terminal cobrarnos la mitad del alquiler”.
Explicó también la gente que se fue de la Terminal “no es que se quedaron sin nada, sino que llevaron el negocio a sus casas porque ahí venden más”, pero “así como algunos se fueron también hay otros que llegaron, no es que quedaron los locales vacíos”, señaló.